Una mecedora se mueve en la esquina de una habitación mientras una mujer con un bebé en brazos tararea una suave canción de cuna. El llanto del bebé cesa y empieza a dormirse lentamente. La mujer sigue meciéndose y cantando. Presentes en todo el mundo, las canciones de cuna se consideran un género musical universal (Mehr et al., 2019, p. 7). Las canciones de cuna pueden definirse como cualquier canción cuya intención principal sea dormir a un bebé. Desempeñan papeles importantes en el desarrollo de los niños, el bienestar de la madre y las relaciones sanas entre padres e hijos. Como texto, las canciones representan acervos musicales de valores y tradiciones culturales (Merriam, 1964, p. 190).
Las canciones de cuna no han sido tan estudiadas en comparación con otros géneros musicales universales (Warner, 1998). Esto podría atribuirse a ciertas características, como ser canciones generalmente de género femenino, no ser presentativas y ser consideradas no tan relevantes culturalmente como otras canciones por estar asociadas a la maternidad y ser consideradas “trabajo de mujeres” (Ortner, 1972). Sin embargo, las canciones de cuna son importantes para descubrir y estudiar las fantasías maternas subconscientes, crear entornos de vinculación adecuados entre padres e hijos y ayudar en el desarrollo del lenguaje de los niños (Palmer Wolf, 2017; Trehub & Trainor, 1998; Vicente et al., 2020; Warner, 1998). Las canciones de cuna son también una fuente de bienestar mental para los cuidadores e inician el proceso de inducción a la realidad y a los valores en los niños, entre otros (Lomax Hawes, 1974). El estudio de las canciones de cuna como música y comportamiento social es una tarea importante para la comunidad académica.
Este artículo resume la investigación y los resultados obtenidos para mi proyecto final Honors Capstone para la New Mexico State University que examinó la presencia de las canciones de cuna en la región del Valle de Juárez y Ciudad Juárez. El proyecto pretendía ilustrar la presencia y las características de las canciones de cuna en la región de Juárez-El Valle; explicar su importancia, tanto en el plano cultural y como elemento para la construcción de vínculos sanos entre padres e hijos que apoyen su bienestar; y describir cómo el estado actual de la industria maquiladora, entre otros factores, está afectando la existencia de la canción de cuna en la sociedad y, por lo tanto, afectando a la comunidad.
El objetivo inicial del proyecto era encontrar y grabar las canciones de cuna que se cantan actualmente en la región de Juárez-El Valle. La intención era descubrir si las características líricas de las canciones podían decirnos algo sobre el estado de las mujeres y los niños de la zona. Pronto me di cuenta de que las diferencias líricas entre las canciones de cuna del norte de México eran casi inexistentes. Muchas canciones de cuna son similares en la mayoría de los estados del norte de México, con sólo pequeñas variaciones que normalmente no responden a problemas regionales. La mayoría de las cantantes utilizaron canciones de cuna que les cantaban de niñas cuando vivían en estados adyacentes como Durango, o en otras ciudades de Chihuahua, lo que demuestra que las canciones de cuna migran con la gente. Utilizar aspectos líricos como medio para interpretar problemas regionales específicos no arrojaría resultados precisos, por lo que se modificó la hipótesis original. Pasar tiempo en la zona sí reveló una disminución en el canto de las canciones de cuna que está perjudicando activamente la formación de vínculos sanos entre padres e hijos. Esta revelación permitió modificar los objetivos de la investigación. La presencia del trabajo abusivo de las maquiladoras en la zona y su posible relación con la disminución del canto de las canciones de cuna se convirtió en un punto importante de la investigación.
El proyecto se basó en métodos etnográficos para recopilar datos, así como en la investigación bibliográfica. El trabajo de campo consistió principalmente en observación participativa y entrevistas abiertas. En total, se realizaron tres entrevistas durante el verano y una más en otoño de 2022. Tres de las cuatro personas entrevistadas eran mujeres, y todas ellas habían cantado canciones de cuna a sus hijos. Sus nombres e información personal no serán discutidos en el ensayo para respetar su anonimato, pero todos los entrevistados eran explícitamente conscientes del proyecto y firmaron formularios de autorización. Aparte de las entrevistas, asistí a las reuniones semanales del Consejo de Adultos Mayores organizadas en el museo para las personas mayores de la zona. La mayor parte de los datos se recopilaron participando en estas reuniones y pasando tiempo con las personas mayores. Se realizó una pequeña encuesta durante una de las reuniones, pero la mayor parte de la información se obtuvo mediante entrevistas u observación participativa. Las entrevistas se grabaron para su posterior transcripción y se tomaron fotografías durante las reuniones.
El Valle de Juárez
La parte principal del trabajo de campo se completó durante el verano de 2022 en un proceso de trabajo de campo de cinco semanas en el Museo Regional del Valle de Juárez en el pueblo de San Agustín. San Agustín se encuentra aproximadamente a 30 km de Ciudad Juárez y es una de las más de 20 comunidades que conforman El Valle de Juárez (ver Fig. 1). Aunque la estancia en El Valle fue limitada, permitió comprender mejor la cultura vallejuarense (gente de El Valle). Siendo yo misma de Ciudad Juárez y habiendo crecido visitando El Valle casi semanalmente para ver a mis abuelos, fui aceptada rápidamente en las reuniones y por la comunidad y pude integrarme más fácilmente en la rutina diaria del museo. Al ser mujer, no se veía como algo sospechoso o extraño preguntar sobre canciones infantiles, crianza de los hijos y otros “intereses femeninos” generalmente asumidos. Mi género también me ayudó a establecer una buena relación con los participantes, la mayoría de los cuales eran mujeres mayores que disfrutaban hablando con una mujer joven sobre sus hijos, las tradiciones de cantar canciones de cuna y los problemas que surgían durante sus experiencias de crianza.
El Valle era una zona agrícola muy conocida y reconocida en todo el mundo por la calidad del algodón (González de la Vara, 2009, p. 164). El algodón llenaba de orgullo a los habitantes de El Valle y su fama aún es comentada por las generaciones mayores. Con el crecimiento de las maquiladoras y el trabajo industrial, más la falta de agua en el río, la producción agrícola disminuyó. La mayor parte de la economía del Valle de Juárez se sustenta ahora en el trabajo industrial de las maquiladoras. Las maquiladoras, definidas como una “planta manufacturera que importa y ensambla componentes libres de impuestos para la exportación”, son conocidas por sus bajos salarios, malas condiciones de trabajo y horarios extremos (Britannica, 2024; Flores, 2017). Las largas horas de trabajo en la maquiladora mantienen a la mayoría de los padres de San Agustín lejos durante la mayor parte del día, dejando atrás a sus hijos en lo que se siente como un pueblo fantasma entre semana. Según los entrevistados, son estos horarios de trabajo extremos los que actúan como un factor importante en la disminución de las actividades de vinculación entre padres e hijos, como las canciones de cuna.
Una búsqueda exhaustiva de información bibliográfica no arrojó ningún resultado sobre la economía de El Valle. La información sobre su historia también fue escasa. La falta de registros e investigaciones académicas sobre El Valle de Juárez podría atribuirse al estigma sombrío que rodea a la región. La extrema violencia ocurrida en la década de 2010 debido a los conflictos del narcotráfico ha creado una mala reputación para las comunidades de El Valle. La gente de Ciudad Juárez y El Paso la evita por miedo; pocos proyectos de investigación y culturales se orientan hacia la región. Don Ernesto, actual director del Museo Regional del Valle de Juárez, habló un poco de este tema al hablar de las fiestas del pueblo:
Antes venía gente de otros pueblos y aquí [en la iglesia de San Agustín] era donde se hacían todas las fiestas patronales… siempre había gente que trabajaba en Estados Unidos que era de aquí y en esos días venían. Ahora, algunos de ellos todavía vienen pero muchos no, muchos de ellos tienen miedo (comunicación personal, 8 de agosto de 2022).
Sorprendentemente, Don Ernesto también compartió que se siente aún más asustado en algunas partes de Ciudad Juárez que en San Agustín. El miedo hacia El Valle es comprensible, pero ha aislado a las comunidades del resto del estado.
Otro factor que no ayuda a la situación son las condiciones físicas de los pueblos. San Agustín, y el resto de las comunidades de El Valle, no son lugares “bonitos”; las calles no están pavimentadas, la infraestructura está deteriorada y los espacios comunes están abandonados. Prácticamente no hay transporte público y faltan servicios adecuados, incluida la educación. El abandono de las comunidades por parte del Gobierno es un factor que contribuye a la continuación de la violencia. Los ciudadanos no aprecian al Gobierno y han sido víctimas de la corrupción de soldados y funcionarios estatales (Lopez, 2022). En la actualidad, la principal prioridad del Museo Regional del Valle de Juárez es ofrecer eventos y servicios culturales y artísticos.
El Museo Regional del Valle de Juárez, fundado oficialmente en 1984, se encuentra en el centro de San Agustín, junto a la iglesia, la guardería infantil y la clínica de salud rural. El museo se ha convertido en un punto de encuentro local para diferentes grupos sociales de la comunidad, incluido el Consejo de Adultos Mayores, donde realicé la mayor parte de mi observación participante e investigación y conocí a algunas mujeres que más tarde entrevistaría. El Consejo de Adultos Mayores es un grupo formado por personas mayores de la zona que se reúnen todos los jueves por la mañana para almorzar, jugar a la lotería o escuchar presentaciones de miembros de la comunidad o de organismos de salud gubernamentales. El Consejo existe en San Agustín desde hace muchos años. Aunque no se conoce la fecha exacta, el Consejo debe tener al menos más de 20 años. Su supervivencia a través de algunos de los tiempos más difíciles de la región, como la extrema violencia de la década de 2010 y la reciente pandemia de COVID-19, demuestra su papel fundamental como un lugar de apoyo y agencia para las personas mayores de la región.
Ventajas de las canciones de cuna
Las canciones de cuna son cualquier canción cuya intención principal sea tranquilizar a un niño para que se duerma (Lomax Hawes, 1974, p. 141). Pueden ser canciones inventadas, canciones populares, canciones religiosas, canciones de cuna populares “tradicionales” (canciones creadas con este fin), sonidos sin letra y tarareos, y casi cualquier otra cosa. En comparación con otros temas musicales, las canciones de cuna se han estudiado muy poco y sólo han empezado a recibir atención en las últimas décadas (Warner, 1998, p. 1).
En los años setenta, Bess Lomax Hawes publicó un trabajo pionero sobre las canciones de cuna y se le dio más reconocimiento a las culturas femeninas e infantiles ignoradas (Lomax Hawes, 1974). Durante la década de 1990, las canciones de cuna empezaron a atraer atención lentamente; se publicaron múltiples artículos sobre las características musicales y líricas de las canciones de cuna (Trehub et al., 1992; Trehub & Trainor, 1998; Warner, 1998). Aumentó el interés por las canciones de cuna como arte o herramientas para el desarrollo de los niños, pero las investigaciones carecían de análisis antropológicos y sociales. Recientemente, se ha producido un aumento generalizado del estudio de las canciones de cuna. Ideas como las ventajas de las canciones de cuna en la vida de las madres y los niños y la búsqueda del fomento del canto de las canciones de cuna han recibido atención especial ( Palmer Wolf, 2016; Palmer Wolf, 2017).
Las canciones de cuna producen multitud de ventajas para padres y bebés. Desde ventajas físicas hasta psicológicas y socioculturales, las canciones de cuna son una herramienta importante para el desarrollo de los niños y el bienestar de los padres.
Las ventajas físicas para los bebés han sido ampliamente estudiadas. Loewy et al. señalaron los efectos físicos positivos que tienen las canciones de cuna en los bebés prematuros (2013). Algunos de estos efectos son: frecuencias cardiacas más bajas, mejores conductas de alimentación y patrones de succión, y mayores periodos de tranquilidad y alerta (Loewy et al., 2013, p. 902). Aunque no se menciona en el estudio, es posible suponer que se producen efectos físicos positivos similares en bebés no prematuros. Las canciones de cuna también son fundamentales para el desarrollo y la adopción del lenguaje. Proporcionan a los bebés amplias oportunidades de oír palabras y sílabas repetidas en frases breves y sencillas. Las capacidades lingüísticas de los bebés se desarrollan mejor si se les habla con frecuencia y se les incluye en las conversaciones (Hart & Risley, 2003). También se cree que las canciones de cuna transmiten sonidos fonéticos, no sólo palabras, característicos de cada idioma, razón por la cual la repetición silábica es tan común (Warner, 1998, p. 11). Como herramienta para el desarrollo del lenguaje, las canciones de cuna desempeñan un papel importante en la combinación de cadencia y tono, habilidades lingüísticas que se obtienen fácilmente a través del material musical (Warner, 1998, p. 11).
Las ventajas psicológicas y socioculturales de las nanas también son cruciales para el desarrollo del bebé. Como ya se ha mencionado, las canciones de cuna ejemplifican los puntos de vista y las expectativas sociales de las distintas culturas, además de funcionar como un medio para inducir la realidad a los niños desde temprana edad (Lomax Hawes, 1974; Vicente et al., 2020). Estas ideas podrían mencionarse inconscientemente en las canciones para iniciar el proceso de culturización desde temprana edad. Las canciones de cuna enseñan inconscientemente a los niños las normas culturales, lo que se espera de ellos y les preparan para la vida. Las canciones de cuna preparan psicológicamente a los niños para los problemas, la tristeza y la pérdida, el peligro, pero también para la felicidad, el amor y la belleza inesperada del mundo.
Las ventajas para las madres son principalmente psicológicas. Proporcionan un espacio seguro para liberar tensiones, les ayudan a lidiar con el estrés de la paternidad y se asocian con una mejor autoestima, menos ansiedad y depresión y una sensación general de bienestar (Palmer Wolf, 2017; Vicente et al., 2020). Las entrevistas realizadas en el campo revelaron datos similares. Cuando se preguntó a las mujeres entrevistadas por sus sentimientos durante las canciones de cuna, siempre las asociaron con la calma, la felicidad y el amor. Se observaron resultados similares en el Lullaby Project, desarrollado por Dennis Palmer Wolf y el Weill Music Institute del Carnegie Hall. Este proyecto empareja a músicos clásicos con madres en situación vulnerable para que compongan una canción de cuna. Sus resultados, tanto en la madre como en los hijos, avalan las ventajas físicas, psicológicas y socioculturales antes mencionadas, con un aumento del desarrollo del lenguaje del bebé, del bienestar de la madre y de la unión familiar (Palmer Wolf, 2017).
Las canciones de cuna son un elemento crucial para la unión familiar, especialmente porque se llevan a cabo durante los años de desarrollo más importantes para los bebés.
Cantarlas también fomenta el contacto físico entre los cuidadores y los niños. El contacto físico durante el desarrollo infantil es “fundamental para un desarrollo conductual saludable… y los bebés que se ven privados de él desarrollan inadecuaciones conductuales en etapas posteriores de su vida” (Jablonski, 2013). Las canciones de cuna influyen positivamente en el bienestar de las madres, los niños y la familia.
Canciones de cuna recopiladas
En total, durante el trabajo de campo se recopilaron 15 canciones de cuna líricas diferentes. Algunas de éstas comparten la misma melodía. El primer caso de melodía compartida se da entre Señora Santanna (véase el apéndice A) y la versión 1 de A la Rurururu (véase el apéndice B). El segundo caso se da entre tres canciones: La Manzanita (véase el Apéndice E), El Pescadito (véase el Apéndice F) y Duérmete mi Niño (véase el Apéndice G). Los cantantes utilizaron el mismo ritmo e intervalos melódicos mientras interpretaban las canciones de cuna. Esto deja un total de 12 melodías únicas obtenidas y 15 canciones de cuna líricas. Las letras originales y traducidas de las 15 se encuentran en los anexos de la tesis.
De las 15 canciones de cuna recogidas, sólo cuatro de ellas contenían “objetos malos”, apenas más del 25%, aproximadamente. Estos resultados corresponden a los encontrados por Vicente et al. sobre la presencia sobreestimada de objetos malos en las canciones de cuna y la prevalencia de canciones de cuna con temas de objetos buenos (2020). Ciertas características de los objetos malos son recurrentes. La característica más destacada es que todos los objetos malos/tenebrosos son personajes masculinos. “El Coco” y “El Viejo” aparecen en Duérmete mi Niño (Apéndice G) y en la Versión 2 de A la Rurururu (ver Apéndice C). Suelen ser intercambiables, ya que algunas madres cantarán “El Coco”, mientras que otras usarán “El Viejo”. Estos personajes son monstruos que secuestrarán o se comerán a los niños que no se duerman. Son análogos al “boogie man” anglosajón y se utilizan para asustar a los niños hasta que se duermen. También pueden advertir a los niños sobre hombres extraños. En El Pescadito (Apéndice F), el pececito es alejado de su madre con promesas de jugar fuera del agua. Después, lo más probable es que el pececito sea asesinado por un “muchacho malo”. Esta canción es un claro ejemplo de canción de cuna didáctica, que pretende advertir a los niños sobre desobedecer a sus madres y desconfiar de los extraños. La omnipresencia de los hombres como malos podría ser un deseo inconsciente de las madres que quieren enseñar a sus hijos a desconfiar de los hombres extraños, o madres que utilizan las canciones de cuna para expresar su descontento o temor hacia ciertos hombres.
Sin embargo, no todas las menciones a personajes masculinos son sombrías. En La Manzanita (Apéndice E), hay un anciano simpático y trabajador: Don Nabor. Su condición de trabajador podría reforzar los estereotipos de género tradicionales mexicanos de los hombres como trabajadores. Esta idea de género también está presente en Los Tres Cochinitos (véase el Apéndice D), una canción de cuna popular compuesta por el famoso compositor mexicano Francisco Gavilondo Soler, “Cri-Cri”. En ésta, cuenta la historia de tres cochinitos y sus sueños. El último de los cerditos es considerado el mejor de todos porque sueña con trabajar para ayudar a su madre.
La siguiente tabla resume los principales temas líricos encontrados en las canciones de cuna recopiladas. Sorprendentemente, el tema más común es la presencia de animales. Una posible explicación es el deseo de enseñar a los niños los animales comunes que encontrarán en sus primeros años. Otra explicación es el uso de personajes animales como recursos educativos con los que los niños pueden empatizar, pero aún así sentirse ligeramente ajenos a las historias y a los destinos de los animales. Funcionan perfectamente para explicar situaciones difíciles a los niños desde pequeños sin causarles una impresión tan fuerte. Los animales son un tema habitual en la literatura infantil y se han publicado muchas obras sobre su importancia y presencia (véase Bone, 2013; Burke y Copenhaver, 2004).
Dormir fue otro tema mencionado con frecuencia. A veces se animaba a dormir con delicadeza; otras, con una amenaza, y a veces simplemente estaba presente durante la canción. En Bebe (véase el Apéndice I), la cantante no pide dormir, simplemente afirma que cantará mientras el bebé duerma. La abundancia o la presencia de comida era otro tema común. Las canciones de cuna pueden compartir varios temas; en este caso, Duerme Negrito (véase el Apéndice K) contiene tanto el tema del sueño como el de la comida y la abundancia. En esta canción de cuna, el cantante pide al bebé que duerma prometiéndole comida. La cantante, que no es la madre, le dice a la niña que su madre volverá de trabajar en el campo más tarde, con deliciosa carne y fruta, pero que primero tiene que dormirse. Esta canción de cuna también presenta el primer caso de letra cambiada intencionadamente, de, “que tu mami está en el campo negrito”, a: “que tu papi está en Juaritos negrito”. Este cambio intencional de personajes (mami por papi) y de ubicación (los campos por Ciudad Juárez) se hizo para adecuarse mejor a la situación personal del cantante (padre de familia) durante la época de su vida en que cantó la canción.
“Yo le cambiaba la letra porque mis hijas vivían en Torreón con su abuelita y yo les cantaba que cuando tuviera vacaciones o un fin de semana largo podríamos ir a verlas” (comunicación personal, 8 de agosto de 2022). Esta instancia es un ejemplo perfecto del uso de las canciones de cuna para explicar la vida a los niños, ya sea explícitamente, como en este caso, o implícitamente mediante el uso de otros recursos didácticos. El vívido recuerdo del padre sobre lo felices que se sentían sus hijas al oír la canción de cuna ilustra la importancia de las canciones de cuna para desarrollar y mantener vínculos sanos entre padres e hijos y los efectos duraderos que dejan tras de sí.
El tema de los padres cariñosos aparece en cuatro canciones de cuna. Los padres cariñosos, normalmente las madres, se representan con palabras cariñosas o con actos de amor. En Señora Santanna (Apéndice A), una de las canciones de cuna tradicionales mexicanas más citadas y escuchadas, la cantante le dice a Señora Santanna, madre de María y abuela de Jesús, que irá al jardín a buscarle una manzana al niño sólo para que deje de llorar. La madre cerdo de Los Tres Cochinitos (anexo D) también es muy cariñosa con sus hijos. Los arropa en la cama y les da muchos besos antes de que se duerman.
Amor Chiquito (véase el Apéndice N) y Cachito Mío (véase el Apéndice O), ambas canciones populares originales utilizadas posteriormente como canciones de cuna, presentan letras de adoración total hacia el niño. Expresan amor con refranes como “eres mi vida” y “pedazo de cielo”. Estas tiernas canciones de cuna son ideales para dar afecto a los niños en desarrollo y proporcionarles palabras cariñosas y afectuosas.
El último tema recurrente fue la aparición de temas religiosos. Las referencias religiosas a la Señora Santanna (Apéndice A) y Cachito Mío (Apéndice O) no eran el foco central de las canciones de cuna. Se mencionaban más bien como un aspecto pasajero, sin prestar especial atención a los temas religiosos en ellas. En Cachito Mío (Apéndice O), la cantante da gracias al Señor por haberle dado un “pedazo de cielo” y se siente bendita por su hijo.
La Señora Santanna en Señora Santanna (Apéndice A) actúa como figura consoladora en la canción, y la canción de cuna termina diciendo que se cortarán dos manzanas, una para el niño y otra para Dios. Esta ofrenda de comida para Dios podría ser una forma de conjuro o de describir una ofrenda religiosa. Si las canciones de cuna también se consideran cantos mágicos, cabe esperar la presencia de temas religiosos y ofrendas.
Canciones de cuna que desaparecen
Un informe publicado en 2020 por El Heraldo de Chihuahua afirmaba que más del 50 % de la población activa de la región de Ciudad Juárez trabaja en alguna de las más de 300 maquiladoras de la ciudad (Fuentes, 2020). De los 1.5 millones de habitantes de Juárez, más de 1.2 millones dependen de las maquiladoras para sobrevivir. Por muy importante que sea para la supervivencia de la ciudad, el trabajo en las maquiladoras es abusivo y explotador. Su presencia daña las relaciones entre padres e hijos, lo que fomenta la propagación de la violencia en la región (Sypher et al., 2019). Durante las entrevistas se mencionó repetidamente una correlación entre el trabajo en las maquiladoras y la disminución de las canciones de cuna, entre otras actividades de vinculación entre padres e hijos. Mis propias experiencias como niña creciendo en Ciudad Juárez también sostienen esta correlación. Muchos de mis compañeros y amigos cuyos padres trabajaban en la maquila pasaban poco tiempo con ellos debido a las horas de trabajo y las exigencias.
Incluso pertenecían a la clase media y sus padres tenían en su mayoría trabajos de gerente o ingeniero. Los horarios de trabajo de los operadores de clase baja son aún más exigentes y las condiciones más extremas.
La presencia de maquiladoras en Ciudad Juárez comenzó tras la cancelación del programa Braceros en la década de 1960, que dejó un alto porcentaje de desempleo en el lado mexicano de la frontera que necesitaba ser cubierto rápidamente (Castellanos, 2018, p. 556). Los bajos salarios y la zona de exportación libre de impuestos de la frontera atrajeron a empresas extranjeras e iniciaron lo que se conoce como corredores industriales fronterizos (Kopinak, 1995, p. 33). Durante los primeros años de la maquiladora, hubo una importante cantidad de mujeres trabajadoras, creándose la idea cultural de que el trabajo en la maquiladora es trabajo de mujeres. Esta idea fue reforzada por empresas extranjeras que aprovecharon la ideología machista de México para contratar mujeres en gran cantidad. Se prefería a las mujeres por su “destreza y docilidad naturales” y porque eran menos propensas a protestar y a sindicalizarse (de la O Martínez, 1995, p. 412; Kopinak, 1995, p. 32). Además, rara vez eran ascendidas, también debido a la ideología machista, convirtiéndose así en el empleado perfecto a largo plazo con salarios bajos.
El bajo salario en las maquiladoras no proporciona suficientes recursos para unas condiciones de vida justas, lo que provoca que los padres busquen otras formas de ingresos y lleguen a casa extremadamente cansados. Actualmente, el salario mínimo en Ciudad Juárez es de 312 pesos mexicanos al día, lo que equivale a 17.35 dólares estadounidenses (Gobierno de México, 2023). A partir de mayo de 2023, el trabajo inicial de operador en la mayoría de las maquiladoras comienza en torno a los 320-340 pesos mexicanos (aproximadamente 18 dólares estadounidenses) por turnos de más de nueve horas. Uno de mis colaboradores trabajó en una maquiladora durante 7 años y habló de los horarios de trabajo:
En la maquila tienes que despertarte por lo menos a las 4:00 a.m. porque el autobús llega 20 o 15 minutos antes de las 5:00 a.m. para llevarte. Y sales como a las 3:00 de la maquila, no recuerdo si 3:00 o 3:30. Regresas después de las 4:00, casi 5:00 [a El Valle]. Es todo el día. (comunicación personal, 9 de agosto de 2022).
Al volver del trabajo, se espera que las mujeres cocinen para sus hijos, limpien la casa y hagan otras tareas domésticas. El tiempo para relacionarse con sus hijos es casi inexistente.
Ya Juárez y muchas otras ciudades mexicanas dependen de las maquiladoras para sobrevivir (Castellanos, 2018). Sin otras formas de ganarse la vida, la población no tiene otra alternativa que seguir suministrando mano de obra barata a las empresas extranjeras. Al crecer en la ciudad, uno está constantemente rodeado por la presencia de maquiladoras. Mires donde mires ves los grandes y desagradables edificios de las maquiladoras, los constantes autobuses de personal que inundan las calles, los anuncios de “buen sueldo, no hace falta ir a la escuela” y los polígonos industriales cada vez más grandes que parecen aparecer por toda la ciudad de un día para otro. A los niños de clase media alta se les enseña desde pequeños que el negocio de las maquiladoras es el lugar donde están todas las oportunidades, y los niños de clase baja crecen con la constante sensación de que están condenados a convertirse en operadores de bajos salarios.
Dos problemas principales impiden el desarrollo de buenos vínculos entre padres e hijos en la región de Ciudad Juárez y El Valle: la falta de tiempo y la falta de ganas. Ambos problemas tienen sus raíces en cuestiones mayores, una de las cuales es la sociedad maquiladora de Ciudad Juárez. Los padres no tienen tiempo suficiente para estar con sus hijos debido a los horarios abusivos y extensos, además de las obligaciones externas y la necesidad de otras fuentes de ingresos. Además, las mujeres trabajadoras son despreciadas por su cultura, lo que afecta negativamente a su autoestima, y los padres están exentos de intentar formar cualquier tipo de conexión emocional con sus hijos. Estos factores han fomentado un entorno que hace casi imposible que niños y padres desarrollen vínculos sanos.
Es probable que los niños crezcan reproduciendo estas mismas ideas a menos que se adopten cambios. Es necesario que se produzcan cambios en el lugar de trabajo de las maquiladoras y en la forma en que se dividen y asumen las responsabilidades de crianza. Tanto las madres como los padres son responsables y merecen tener tiempo suficiente para crear vínculos saludables con sus hijos. Esto no es posible debido a los trabajos en las maquiladoras y a nuestra sociedad machista que desvincula la responsabilidad de los padres con sus familias y menosprecia a las mujeres trabajadoras.
Surge la pregunta de quién cuida a los hijos mientras los padres trabajan en la maquiladora. Los resultados del trabajo de campo, así como las experiencias personales, muestran que la mayoría de las veces, este trabajo recae en la abuela u otras mujeres mayores de la familia. En mi caso, fui cuidada por mi tía abuela Maru, una de las entrevistadas para este proyecto. Muchas amigas personales también estuvieron al cuidado constante de sus abuelas mientras crecían. Después de pasar un tiempo con las mujeres mayores del Consejo de Adultos Mayores de San Agustín, quedó clara la importancia de las abuelas como cuidadoras y guardianas del patrimonio cultural.
Las razones específicas de la disminución de las canciones de cuna dependen de cada persona, pero pueden establecerse con cautela algunas causas generales. Todas las abuelas entrevistadas, así como algunas otras del Consejo de Adultos Mayores, coincidieron en que las canciones de cuna están disminuyendo debido a dos razones: las extremas condiciones de trabajo de la región y la tecnología moderna. Las condiciones extremas de trabajo, fuertemente ligadas al trabajo en maquiladoras y a la situación económica actual de México, ya han sido discutidas, pero es importante reafirmar el énfasis que las abuelas le dieron. Una de las abuelas mencionó el exceso de trabajo como el principal culpable de que su hija mayor no pudiera cantar y otra ex trabajadora de la maquiladora mencionó cómo afecta a madres e hijos. Afirmó: “Por ejemplo, hoy en día, las que regresan de la maquila vuelven todas fastidiadas y teniendo que hacer la comida. Y luego sus hijos dicen: '¡Mamá! Y les dicen: '¡No me molestes, estoy ocupada! Y les dan su teléfono para que las dejen en paz” (comunicación personal, 9 de agosto de 2022).
Esta cita menciona los dos factores principales, según las abuelas, del declive de la tradición de las canciones de cuna. La misma entrevistada también abordó en su entrevista el crecimiento de la tecnología: “Los niños de ahora no quieren un cuento antes de dormir, quieren el teléfono para verlo todo allí” (comunicación personal, 9 de agosto de 2022).
Se desconoce lo que depara el futuro a las canciones de cuna. Algunas abuelas creen que corren peligro de desaparecer. Una abuela habló un poco al respecto: “Lamentablemente, creo que pueden desaparecer… Ojalá todo el mundo siguiera cantando a sus hijos” (comunicación personal, 2 de septiembre de 2022).
También menciona cómo ha visto los cambios personalmente y cómo las nuevas generaciones no cantan a sus hijos tan a menudo. Menciona cómo Cri-Cri, compositor mexicano muy conocido por sus canciones de cuna, también ha empezado a desaparecer de la cultura: “Por ejemplo, a los nietos de algunos amigos que son más jóvenes que yo, como 8-10 años más jóvenes que yo, su madre nunca les enseñó Cri-Cri… Los tiempos cambian” (comunicación personal, 2 de septiembre de 2022).
Las abuelas también coinciden en la importancia de mantener estas canciones. Otra menciona: “Son recuerdos de cuando éramos niñas, son recuerdos bonitos porque en el presente ya no se oyen” (comunicación personal, 9 de agosto de 2022).
Las abuelas desean que esta tradición continúe y sienten alegría al cantar y escuchar estas canciones de cuna. Esta mirada a los sentimientos y pensamientos personales de las abuelas reconoce la importancia que tienen como guardianas de la cultura y educadoras de la siguiente generación.
Esta tesis exploró las características de las canciones de cuna en la frontera y su relación con la situación actual de la comunidad de Ciudad Juárez y El Valle. Analizó la historia de la región y los factores que llevaron al desarrollo de la sociedad maquiladora. También se analizó la importancia del Museo Regional del Valle de Juárez para el bienestar cultural de la región de El Valle, y cómo sus instalaciones funcionan como un espacio seguro en una zona que se ha visto muy afectada por la violencia continua. La observación de los participantes, las entrevistas abiertas y la percepción personal fueron componentes clave del proceso de recopilación de datos.
Las canciones de cuna se analizaron musical y líricamente y se identificaron patrones entre ellas. Los temas principales de las letras de las canciones de cuna expresaban valores e ideas culturales tradicionales. Las canciones de cuna también sirven a las madres para iniciar el proceso de culturización a una edad temprana y como forma de liberar tensiones. Se hizo hincapié en la importancia y las ventajas de las canciones de cuna, tanto para los cuidadores como para los niños y las familias.
Las observaciones del trabajo de campo demostraron el papel fundamental de las abuelas en la continuación de esta tradición. Las informantes clave se identificaron a sí mismas como abuelas. Los resultados mostraron una disminución de las canciones de cuna en la región. Las abuelas identificaron las causas de esta disminución como la tecnología moderna y la falta de tiempo debido a las condiciones de trabajo abusivas y excesivas, principalmente vinculadas al trabajo en las maquiladoras. Estos factores han amenazado la continuidad de las canciones de cuna, que son extremadamente importantes para la unión familiar, el desarrollo de los niños y el bienestar de la madre.
La participación pública y los programas de divulgación accesibles que transmiten la importancia del canto de las canciones de cuna beneficiarían enormemente a la comunidad de Ciudad Juárez y El Valle. Estos programas apoyarían la continuación de las canciones de cuna y otras actividades de vinculación en la región para mejorar la relación entre padres e hijos. Todos los padres merecen tener tiempo suficiente para dar a sus hijos la atención que necesitan. Aunque estos programas no resolverían la situación económica de la maquiladora, podrían animar a los padres a utilizar las canciones de cuna como medio de vinculación en el poco tiempo que puedan tener. También es importante preservar estos recuerdos y estas canciones para nuestro bienestar y para conservar nuestro patrimonio.